Tecnología e innovación para la planificación de metrópolis habitables
La tecnología y la innovación encierran un enorme potencial para ayudar a las ciudades y territorios a hacer frente a los retos ambientales, sociales y económicos a los que se enfrentan. A pesar de los años que llevamos hablando de la Smart City, aún no estamos aprovechando plenamente las tecnologías disponibles y la ingente cantidad de datos de los que disponemos actualmente.
La tecnología puede ayudar a abordar la complejidad de los sistemas urbanos. La ciudad es multidimensional, y para abordar su transformación necesitamos un enfoque integrado, pues la ciudad está compuesta no sólo de edificación, infraestructuras y espacios públicos, sino que también se producen en ella actividades económicas, relaciones sociales, forma parte de un medio ambiente y un ecosistema natural, es el producto de las sociedades que la han ido construyendo en el pasado, refleja su cultura pasada y presente. En definitiva, es el espacio que da soporte a la vida, y se va transformando al tiempo que lo hace la sociedad que lo habita.
Se trata además de un espacio multiescalar, por lo que en su transformación debemos trabajar coordinadamente en varias escalas: desde la vivienda y el edificio, entendiendo las dinámicas de los barrios y el sistema urbano en su conjunto, así como su vinculación con el territorio en el que se inserta.
Asimismo, las decisiones sobre la transformación de la ciudad se toman en entornos de gobernanza compleja, multiagente, con la participación de los diferentes niveles de las administraciones públicas según sus competencias, del sector privado, de la ciudadanía y del tercer sector, por lo que necesitamos nuevas herramientas que favorezcan la colaboración.
Los sistemas digitales de apoyo a la planificación y gestión urbana son herramientas que pueden facilitar la toma de decisiones, así como hacerla más objetiva y eficiente. La integración de datos de múltiples fuentes en un sistema semántico de información georreferenciada, si se alimenta adecuadamente, nos permite obtener un análisis dinámico, predictivo e incluso prescriptivo. Esto supone un gran avance con respecto al paradigma anterior, en el que la fase de análisis se terminaba en un momento determinado y con esa foto fija se trabajaba a veces durante muchos años, sin actualizarse, por lo que las decisiones se basaban en análisis que, con la velocidad de los cambios que vivimos hoy en día, quedaban obsoletos antes incluso de llegarse a aprobar el planeamiento que sustentaban.
Asimismo, la modelización de escenarios mediante algoritmos de Inteligencia Artificial, con técnicas como la optimización multicriterio, nos permite medir y comparar beneficios e impactos relativos de forma anticipada, y tomar decisiones en consecuencia, mejorando así la eficiencia en el uso de los recursos públicos, optimizando los procesos de trabajo y reduciendo los costes económicos al evitar actuaciones inadecuadas.
En esta línea, los gemelos digitales de la ciudad se conciben como una réplica virtual de los elementos y procesos de una ciudad, conectada en dos direcciones, de manera que permite integrar múltiples fuentes de datos, incluidos datos en tiempo real provenientes de sensores desplegados en la ciudad, y también actuar sobre la ciudad real a través del modelo digital. Permiten una visión interrelacionada de diversos aspectos, como la planificación de la transición energética y la adaptación al cambio climático, la gestión de infraestructuras, etc.
Estas herramientas podrán ser de utilidad en la medida en que dispongamos de los datos necesarios para alimentarlas. En las últimas décadas algunas ciudades han realizado un enorme esfuerzo de inversión para sensorizar elementos urbanos y capturar datos de diversos ámbitos (tráfico, calidad del aire, ruido, etc.), con una visión de la Smart City muy enfocada desde las posibilidades tecnológicas. Sin embargo, este enfoque está siendo ya revisado, puesto que de nada sirve obtener grandes cantidades de datos sin un objetivo claro. De esta forma, es necesario preguntarse primero cuáles son los datos relevantes que es necesario capturar y almacenar, al servicio de qué objetivos estratégicos de la ciudad, y disponer de las herramientas y capacidades necesarias para poder explotar dichos datos adecuadamente, para que sirvan realmente como apoyo a la toma de decisiones en cuestiones de planificación y gestión urbana.
Patricia Molina Costa
Directora del Área Ciudad, Territorio y Medio Ambiente en Tecnalia