El efecto Guggenheim 3.0
En el siglo XXI vivimos con la consciencia de que la mayor parte de la población mundial vive en ciudades y esta realidad se traduce en dos implicaciones: que en estas ciudades van a ocurrir las mayores tendencias y a la vez, las políticas van a tener su mayor impacto en estas aglomeraciones para combatir los mayores retos de este siglo.
Sin embargo, a nivel global nuestros puntos de partida y nuestros caminos hacia ciudades más sostenibles y habitables son muy diferentes. En este blog vamos a resaltar los efectos sobre las ciudades en Arabia Saudí que bajo su Visión 2030 están sometidas a un proceso de transformación profunda a nivel económico y social con el fin de diversificar su economía y posicionarse como un destino para inversiones, turismo y para vivir y trabajar. Probablemente es el país donde más se invierta en proyectos de ciudad en el mundo. Coexisten los llamados Mega e incluso Gigaproyectos y nuevas “Ciudades Económicas”, así como programas de planificación urbana a distintos niveles para mejorar la calidad de vida bajo el programa correspondiente.
Hay que constatar que la inmensa mayoría de la población del país sigue viviendo en ciudades existentes. Por lo que la articulación de las ciudades-región actuales y su transformación urbana parece la estrategia que tendrá el mayor impacto en la calidad de vida y la competitividad del territorio al menos a medio plazo.
Sin embargo, los Giga y Megaproyectos podrían llegar a considerarse una evolución del “efecto Guggenheim”. Hoy en día, son “proyectos de escala país” y tienen una enorme visibilidad y efecto de marketing en los medios de comunicación social. El debate intelectual que desencadenan tiene una envergadura global. Por otro lado, representan unos laboratorios para poner a prueba nuevas estrategias, tecnologías e incluso utopías arquitectónicas, aunque requieran a la vez una perspectiva crítica por su coste y su escala.
El proyecto NEOM representa un proyecto metrópolis-región de varias componentes, donde The Line como ciudad lineal, solo es una “ciudad” entre varias. Su longitud de 170 km contrasta con su anchura de 200 m y su altura de 500 m en la que se acomodará una población de nueve millones de habitantes. Mientras tanto, el “New Murabba” de Riyadh es un downtown condensado en un cubo de 400 m x 400 m x 400 m, diseñado para 450.000 habitantes. Ambos proyectos pretenden desarrollar de forma radical todos los valores que faltan en ciudades saudíes consolidadas y que están persiguiendo las ciudades más competitivas, entre ellas la metrópoli de Bilbao: eficiencia, densidad, conectividad, calidad de vida mediante una “urbanidad”, que a veces difumina el límite entre lo natural y lo artificial.
En el caso de estos proyectos que materializan utopías arquitectónicas va a ser interesante seguir de cerca dónde están los límites de estos objetivos y el impacto que tendrá esta hiperurbanidad sobre la psicología del usuario que vivirá en una ciudad-edificio. También habrá que observar interrelaciones con las estrategias opuestas, con las intervenciones quirúrgicas y tácticas en ciudades consolidadas. Es probable que los Guggenheims del siglo XXI proporcionen importantes tecnologías de construcción, movilidad y de gestión de recursos como agua y residuos y lecciones aprendidas para las ciudades en todo el mundo. Y a la vez no es de descartar que los grandes proyectos evolucionen e incorporen conceptos más “tácticos” que han mostrado su eficacia en ciudades consolidadas.
Para que este intercambio y debate constructivo ocurra, los foros y partenariados con instituciones a nivel internacional y la asociación en redes de ciudades en los que participen los gobernantes de estos proyectos serán una herramienta para acelerar el intercambio de conocimiento y determinar las medidas más eficaces para la transformación urbana del siglo XXI.
Marc Potard
Urban Planner & Partner, IDOM