No niego que existan las casualidades. Pero son menos de las que lo parecen. La mayor parte de las veces, los acontecimientos suceden porque detrás de ellos hay grandes dosis de imaginación, preparación, trabajo y evaluación de lo hecho para, a partir de ello, dar nuevos pasos y volver a empezar (o a continuar más bien). Pasa como con la inspiración, que es bueno que te coja trabajando.
Bilbao Metropoli 30 nació en 1991 con la voluntad de constituirse es una asociación público-privada sin ánimo de lucro y el objetivo de reflexionar sobre el futuro del área metropolitana de Bilbao, propiciar una visión compartida a largo plazo y coadyuvar en la consecución de esa visión, a través del impulso a proyectos transformadores.
Pocos años después, entre 1995 y 1997, vieron la luz Metro Bilbao y el Museo Guggenheim. A día de hoy nadie pone en duda que, sin orillar otros proyectos (el propio saneamiento y regeneración de la Ría es un magnífico ejemplo), ambos dos son los pilares fundamentales sobre los que, a finales del siglo pasado, comenzó a visibilizarse la profunda transformación en positivo de Bizkaia y de su área metropolitana.
Si bien es comúnmente reconocido el efecto de proyección exterior e impacto internacional que el museo tuvo, el metro también supuso entonces un potentísimo vector “ad extra”, dado que elevó nuestro territorio al conglomerado de ciudades y áreas metropolitanas que disfrutaban del transporte urbano por excelencia, combinando tecnología, modernidad y prestigio. Una liga que, por aquel entonces, sólo jugaban 100 afortunados en todo el mundo. Es como si el Athletic hiciera Champions todos los años.
Sin embargo, Metro Bilbao ha tenido un efecto mucho más importante “ad intra”. El metro vertebra territorialmente nuestra comunidad y cohesiona socialmente a su ciudadanía. El metro une municipios, malla realidades urbanas, conecta las dos márgenes y, al tiempo, interrelaciona personas, pone en común ideas, mezcla modos de sentir y maneras de pensar. Metro Bilbao es un profundo elemento democratizador de nuestra sociedad porque nos hace más iguales. Y haciéndolo, nos hace, también, mejores.
El metro es el eje vertebrador del transporte público en Bizkaia. Más de una de cada dos personas que viajan en transporte público eligen metro para hacerlo. En la frontera de los 30 años de existencia, Metro Bilbao ha ido rompiendo paulatinamente todos sus techos y ve alcanzar el reto de 100 millones de validaciones al año. Con ello, Metro Bilbao cumple con su objetivo fundacional; visión y misión se funden con realidad. ¿Y ahora qué?
Ahora es tiempo de volver a empezar, o de seguir, que es lo mismo. Imaginar los próximos 30 años, prepararlos y trabajar denodadamente para ganar el futuro y hacerlo realidad. Es tiempo de afrontar la imprescindible renovación del transporte público por excelencia de la metrópoli bizkaina, sin el cual esa misma metrópoli sería imposible. Hoy no sabemos, no podemos y no queremos vivir sin metro. Y es que metro hace posible retirar cada año de las carreteras más de 70 millones de viajes en vehículo privado y evita la emisión de más de 800.000 toneladas de CO2 a la atmósfera.
Metro Bilbao debe seguir siendo referente en fiabilidad, en puntualidad, en comodidad, en seguridad, ítems todos ellos que definen el “deber ser” de todo transporte público. Sí, sin duda. Pero Metro Bilbao ha de ser mucho más que eso. Debe ser también ejemplo de digitalización, de tecnología, de gestión energética, de sostenibilidad, de consumo responsable. Y debe serlo de accesibilidad, de inclusividad, de igualdad de oportunidades para la ciudadanía; apoyo de la internacionalización de nuestras empresas y sector productivo; reflejo de la cultura e idioma propio de nuestro Pueblo. Vanguardia con raíces, global desde lo local. “Txapela buruan eta ibili munduan” jakinda “zenbat buru, hainbat aburu” dagoela.
He leído y oído muchas y diversas definiciones de lo que es una metrópoli en general y de la nuestra en particular. Me quedo con la que le escuché a Ibon Areso, artífice y embajador al tiempo de la gran transformación de Bilbao, makila de alcaldes hasta que él mismo la asió. Definía la metrópoli de Bizkaia como ese entorno en el que una persona puede vivir cómodamente porque puede despertarse en Getxo, ir a trabajar a Bilbao y, tras ello, disfrutar de una obra de teatro en Santurtzi, antes de volver a dormir a su domicilio, haciendo todos esos desplazamientos en metro.
Obviamente, el alcalde Areso sabía que nuestra metrópoli es mucho más en un mundo de ciudades y metrópolis que colaboran y compiten entre sí en un presente y ante un futuro de colaboración y antagonismo a partes iguales. Pero, no me negarán que recogió de una manera muy sencilla y gráfica el papel de Metro Bilbao en nuestra metrópoli bizkaina: hacer que la vida de la gente sea más fácil y mejor. Ahí es nada.
Eneko Arruebarrena
Metro Bilbaoren zuzendari nagusia / Director gerente de Metro Bilbao