Bilbao como metrópoli afronta en el medio plazo un periodo ilusionante de grandes oportunidades, una coyuntura que favorecerá una nueva transformación de su tejido productivo y social, para transitar hacia un modelo más sostenible y digital.
Efectivamente, los fondos europeos asociados al Plan de Recuperación van a determinar el modelo de desarrollo en el que van a crecer y formarse las próximas generaciones. La colaboración entre los agentes públicos y privados comprometidos con esta transición será determinante para aprovechar todo el potencial que los fondos ‘Next Generation’ presentan en pos de la competitividad y la innovación.
El esfuerzo comunitario no tiene equivalencia en la historia moderna. Por ello, la Euskal Hiria del futuro ‘next’ pasa por conectar con las prioridades marcadas por la Unión Europea, dirigidas a crear empleo, enderezar el deterioro económico y social provocado por la pandemia, e impulsar proyectos ecológicos y digitales.
Las iniciativas vinculadas a la sostenibilidad y la transición energética, con la digitalización como herramienta clave, se adivinan como motor de un tejido productivo moderno, innovador y capaz de estimular y retener el talento. No me cabe duda de que una metrópoli con las características de Bilbao, instalada históricamente en el cambio y la transformación continua, estará a la altura de las circunstancias.
Desde hace meses, Kutxabank trabaja en estas líneas de acción, con la vocación de mantener su firme compromiso con los ejes de avance citados, y ser un agente impulsor y catalizador del cambio.
Recientemente, hemos diseñado en colaboración con las organizaciones empresariales vascas un plan que respaldará la recuperación del tejido, mediante el mejor aprovechamiento del programa de ayudas europeo, y que se complementará con un programa propio de financiación adicional.
No hace falta insistir en que la voluntad de colaboración se hace extensiva a las instituciones interesadas en obtener las ayudas que cumplan con los objetivos fijados por el plan ‘Next Generation’.
Como he adelantado, nuestras apuestas de futuro han de priorizar la digitalización en nuestras empresas e instituciones, en línea con la agenda europea. El confinamiento y la pandemia han implicado toda una serie de aprendizajes en materia digital que, de ser correctamente aprovechados, influirán positivamente en el propio proceso de transición de las empresas y las instituciones.
Lo digital aporta la capacidad de articular modelos productivos y de atención capaces de responder de forma rápida y eficiente a las necesidades repentinamente superiores de la ciudadanía, en los que el concurso de la tecnología resulta imprescindible.
La ciudad del futuro se ha de incardinar, además, en un entorno 100% verde. El viaje a la nueva era ha de transitar por el carril de la sostenibilidad en la producción o en la movilidad, asunto clave para un entorno metropolitano. La consecución de empresas, instituciones y ciudades medioambientalmente sostenibles, además de ser una petición social imparable, cuenta con el apoyo de los principales líderes europeos.
Pero a la hora de rediseñar el futuro de nuestras nuevas metrópolis, ningún plan anterior llegará a buen puerto si no consideramos a las generaciones más jóvenes como sujetos principales de la transformación. Estamos dibujando las bases del mundo en el que les tocará vivir, por lo que se adivina crucial estimular y retener su talento con perspectiva de futuro. Necesitamos formar y promover a profesionales con capacidad de desarrollo y adaptación, en definitiva, perfiles que se acoplen en esta nueva Europa más ecológica, digital y resiliente.
En dicho escenario, creo sinceramente que Bilbao debería desempeñar el papel que le corresponde como plaza financiera de referencia. La metrópoli es un enclave moderno y con gran potencial, y dispone de las capacidades y las infraestructuras necesarias para recuperar su lugar en el mapa de las ciudades financieras de Europa. En este proceso, el Grupo Kutxabank debe tener un desempeño fundamental, al constituir más que el 70% de la industria financiera vasca, y contar con unidades especializadas como Norbolsa, Kutxabank Gestión o Fineco.
Nos encontramos, en definitiva, en un periodo de intensa transformación económica, cuyas posibilidades debemos aprovechar. Desde Kutxabank queremos realizar este viaje junto a nuestras empresas e instituciones, a las que ofrecemos toda nuestra colaboración y conocimiento, siempre con el objetivo de favorecer la recuperación de su competitividad.
Gregorio Villalabeitia
Presidente de Kutxabank