Compuesto por cuatro fases (identificación de temas críticos, análisis interno y externo, fijación de metas, objetivos y estrategias, y planes de acción), en marzo de 1992 se aprobó el Plan Estratégico para la revitalización del Bilbao Metropolitano gracias al compromiso y colaboración de instituciones públicas y privadas. Ello supuso el lanzamiento y ejecución de infraestructuras estratégicas cuya materialización en la década de los 90 produjo notables mejoras en movilidad, urbanismo, regeneración del medio ambiente y centralidad cultural.